miércoles, 11 de agosto de 2010

EL AUTO DEL FUTURO UN PROTOTIPO QUE VUELA.


 

El ingeniero canadiense Paul Moller lleva años convencido de que el automóvil terminará por ser sustituido por una máquina voladora y ese íntimo deseo, que ha inspirado su trabajo en las últimas décadas, está a punto de verse cumplido gracias al Skycar M400.
Está preparado para transportar a 4 pasajeros y despegar y aterrizar de forma vertical, es lo suficientemente pequeño para conducirlo por la calle, vuela a una velocidad máxima de 600 km/h. Las pruebas de los primeros protótipos fueron realizadas con éxito en el 2002, por lo tanto, ya se preparan y se hacen subastas para poner en venta Skycars a precio de 2 millones de dólares, también se a demostrado que puede ser más económico y práctico que un helicóptero.
Su desarrollo ha sido ultimado por la compañía californiana Moller International, fundada en el año 1983, y ha costado más de 4.000 millones de pesetas. A simple vista y por su diseño, parece sacado de la gran pantalla (Batman, Blade Runner), pero está a punto de aterrizar en medio de cualquier calle. Y es que la obra maestra de Moller puede considerarse como el primer coche volador y permitirá, por ejemplo, vivir a 300 kilómetros del lugar de trabajo y llegar a él en 45 minutos sin, se supone, atascos.
La última evolución ha sido presentada hace unos días en Sidney y aporta, como única novedad respecto al modelo anterior, que está equipado con cinco turbinas en lugar de cuatro. Por lo demás, mantiene intactas las caraterísticas que pueden convertirlo en un ingenio revolucionario: tamaño equivalente al de un turismo medio (4,5 metros de largo), velocidad máxima en vuelo de 560 kilómetros por hora, autonomía de 1.500 kilómetros, despegue y aterrizaje vertical y un habitáculo en el que pueden viajar cómodamente cuatro personas. Además, para que se pueda aparcar en cualquier sitio, sus alas son plegables.
Control informatizado
Para su manejo, el Skycar M400 sólo dispone de dos mandos que permiten al piloto-conductor controlar la velocidad y la dirección del viaje. El resto de parámetros (estabilidad, navegación, aviónica...) están gestionadas por computadoras para evitar los errores humanos. A ello ayudará también lo que Moller ha dado en llamar la red de carreteras aéreas, que permitirá gestionar y ordenar los desplazamientos a través de un sistema de posicionamiento por satélite, para lo que bastará con programar el destino deseado en el ordenador de a bordo, equipado con un sistema GPS.
Por el momento, las únicas limitaciones para el despegue comercial del Skycar M400 son tres. La primera, que los ensayos realizados sobre su sistema de despegue y aterrizaje demuestren que es completamente seguro. Después están los requerimientos para su conducción: sólo aquellos que tengan licencia de piloto y que hayan completado un curso de instrucción podrán usarla.
Por último, el auténtico escollo: su precio. Con una tarifa de 150 millones, está fuera del alcance de la mayoría de los mortales y, lo que es peor, resulta mucho más caro que una avioneta privada. Aunque claro, es mucho más versátil que cualquiera de éstas. En comparación con un helicóptero, le supera claramente en prestaciones.
No obstante, si llegase a fabricarse en gran serie y se desarrollara una versión más económica, esa tarifa podría bajar hasta los 10 millones de pesetas y hacer algo más realista la profecía de Moller. En opinión de este, en los próximos 10 años, hasta el 25% de la población puede utilizar para su transporte un Skycar M400. De ser cierta, fabricantes de coches y líneas aéreas verían caer por los suelos sus más ambiciosas estrategias comerciales.

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